2.10.07

Beso negro, negro, negrísimo





Ese par de misteriosas nalgas que se contonean frotándose una contra la otra representan una adorada tentación; por desgracia se trata de una zona rodeada de múltiples inhibiciones, desde vergüenza y temor de la mujer, hasta prejuicios sobre su higiene y... ¿le darías un húmedo y apasionado beso negro?

Se trata de que tu lengua juegue con su ano. Separa sus nalgas y ábrete paso lentamente para incrementar el placer. Una aproximación lenta sube el nivel de excitación y relaja el recto. A ella le invadirá una sensación diferente y, poco a poco, cederá gustosa hasta que, finalmente, se apoyará en sus rodillas y elevará los glúteos. Utiliza tus labios para besar los alrededores; empuja tu lengua formando círculos u otras figuras, mientras te excitas observando cómo se vuelve loca de placer. Dile que se masturbe y le producirás un orgasmo de gran intensidad.

¡¡¡OJO!!!

Siempre asegúrate de que el ano se encuentre limpio. Aun así el beso negro puede producir el contagio de enfermedades como la hepatitis A, parásitos o enfermedades venéreas como la sífilis y la gonorrea. Practícalo sólo si estás seguro de la salud de tu compañera.

Con información del libro Kama-sutra del sexo oral de Alicia Gallotti

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